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o he soñado con atrapar la luz, la esencia, el espíritu de todas las cosas. Sé que es una misión peligrosa… Rubén Darío habla de un cura que perdió la razón por querer retratar al santísimo.
Se dice que los indígenas no gustan ser retratados porque están seguros de que al permitirlo se les llevan en la fotografía un pedazo de alma. Los chamanes y hechiceros curan o enferman con una foto no más. Se asegura también que los videntes pueden determinar que persona está viva o muerta con solo ver una foto de grupo tomada en cualquier época.
Pero no pretendo  se vea  de manera tan tenebrosa  mi galería de personajes, sino amablemente. 
Hoy propongo  a usted como  jurado para que ayude a determinar si  eso que parece imposible: capturar el espíritu de las cosas, puede intentarse  con una cámara fotográfica.
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